Ser sumisa y azotada es el destino de una mujer. Toda perra quiere ser castigada y ahuecada. Y si el amo lo desea, será follada no sólo por sus amigos, sino también por máquinas con pollas. Al mismo tiempo, la doncella se vuelve cada vez más lujuriosa y disponible. La lujuria es ahora su razón de ser.
Qué contenta estaba de que el negro la invitara al palo, ¡estaba saltando de felicidad! Y ojo, que fue ella la que se lo pidió, y él como si nada. Claro, todo el mundo en la uni ya sabe la gran polla que tiene, así que las tías corren a alegrar sus agujeros. Esta morena incluso le dio su culo y no le importó que entrara. Y entonces algún empollón tomará a una puta así como esposa. Y estará seguro de que es virgen. ))